Peruzzi en su prueba de fuego con el astro brasileño Neymar |
Con un éxodo fortinero ya casi enteramente consumado, figuras que se fueron en busca de nuevos horizontes, jugadores intentando hacer la diferencia económica o por el solo hecho de ya no ser, el hincha velezano presenciará este torneo la vuelta de un clásico de la casa, ese plato con aroma casero que tanto nos gusta disfrutar y que solo muy pocos saben la receta perfecta, la apuesta por los canteranos.
Atrás están quedando los tiempos de fortunas dilapidadas en figuras consolidadas para consolidar un proyecto o para que se pierdan en la intrascendencia, tal vez se deba a la situación económica que afecta al país en general o tal vez solo a una decisión política tratando de resguardar las arcas financieras de la institución. Claro esta, y bien lógico es, que una economía eficiente es aquella donde entra más de lo que sale, y a través de los últimos años este concepto es uno de los pilares del cual nos orgullecemos cuando alguien nos enmarca dentro del Club Modelo de la Argentina.
Lo cierto es que este ultimo mercado de pases hemos sacado el pañuelo blanco de despedida más veces de las que solíamos estar acostumbrados (y todavía falta), la llegada de refuerzos es mínima y el potencial protagonismo que se avizora en los jóvenes benjamines que supieron desandar el tedioso camino hacia la primera fortinera es claramente inevitable. Los Allione, Peruzzi, Tobio, Cabral, Ferreyra, Bittolo, Rescaldani, Freire, Desabato van a tener que ponerse el traje de trabajo en planta permanente para dejar atrás el de pasante, pensarse como partes de un equipo y no como complementos, experimentarse, comprometerse, saber que detrás de ellos estamos nosotros apoyándolos pero también a la expectativa por un Velez glorioso.
Pero estos jóvenes gladiadores no van a estar solos, los experimentados Dominguez, Papa, Insúa, Montoya y el gran caudillo contemporáneo a nuestros tiempos, el inacabable Cubero, van a guiar a la nueva camada por la senda correcta, la que nos supo poner en lo más alto y romper con todos los estigmas de grandeza impuestos por el maldito clamor popular.
Una nueva etapa esta comenzando, nuestro caballo de batalla se esta rearmando, caras nuevas, caras viejas, los mismos objetivos, las mismas obsesiones. Con experimentados o principiantes, la pasión intacta, la frente en alto y desde el corazón siempre alentado.