martes, 22 de marzo de 2016

Belgrano 2 - Vélez 3: Desde el banco



¡Qué alegría reencontrarnos amig@ lector! Una vez más lo recibo, en esta ocasión luego de 15 días, y con una pregunta: ¿alguna vez escuchó hablar de que hay gente “con estrella” y hay gente “estrellada”? Esa frase que se utiliza para hacer referencia a quienes la suerte los acompaña o les es esquiva como en una especie de dualidad, fue lo que pensé a lo largo de todo el encuentro versus Belgrano y decidí que la columna de hoy emprenda el análisis desde ese concepto.


Torneo “Jugamos la fecha 8 antes que la 7” 2016, séptimo partido de la era Bassedas y enfrente una bestia negra para la historia inmediata del Fortín: Belgrano de Córdoba. El conjunto del Ruso Zielinsky, que pese a no estar en su mejor momento es siempre aguerrido y punzante, planteaba una muestra de carácter para Vélez en condición de visitante.

Estrellado: el campo de juego del Kempes. Los medios horrorizados porque ahí van a jugar Messi, Agüero y demás astros del fútbol mundial en los próximos días. En el mientras tanto nadie supuso el riesgo que implicaba para los jugadores de Belgrano y Vélez. Estrella: las declaraciones trascendidas de Christian y Manusovich, haciéndoles hincapié a los jugadores de que las condiciones del campo de juego eran igual de determinante para los dos equipos y que recordaran sus primeros goles y gambetas, esos que se hacían y gritaban en potreros vacíos y llenos de imperfecciones. Christian y compañía ponen en cancha la lección más importante para el futbol y para la vida: no olvidar de dónde se viene.

4-4-2 en cancha, complemento del 4-2-3-1 y una idea de juego clara, moderna y exitosa: 5 atacan y 5 defienden. Estrellado: las dos primeras jugadas del partido se “estrellan” contra el travesaño de Aguerre. Estrella: de esas dos jugadas Vélez sabe acompañar a la buena fortuna con contragolpes rapidísimos y ensayados, ya vistos en partidos anteriores, y a los 8 minutos se pone 2-0. Estrella: el recuerdo del partido contra AAAJ y la siempre aplaudible actuación de Pavone, cortando y tocando en el primer gol y atento y astuto para leer el error en el fondo rival y convertir el segundo. Estrellado: el partido no iba a terminar con la holgura del de AAAJ y el Tanque debe abandonar el campo de juego lesionado a los 35 del PT.

Buenas tareas generales de todas las líneas a lo largo de los primeros 45 minutos, a sabiendas de que las condiciones de la cancha no permitían grandes despliegues. En cierto modo el campo de juego pedía lo mejor de toda la línea media de Bassedas: la garra de Somoza, la pegada de Cáceres y el control y desborde de Alvarenga y Toledo por afuera.

Estrella: en realidad son tres, alineadas en el medio: Correa, Toledo y Alvarenga. Jóvenes, explosivos, distintos. Son la carta fuerte y la apuesta a futuro de este Vélez. Coco y Alvarenga convirtiendo, Tole participando en los tres tantos y pudiendo haber metido el suyo sobre el final, están ante la chance única de ser ídolos por varios años y con el valor agregado de ser productos de la usina futbolística de inferiores. Estrellado: Correa aún no está al 100% de su capacidad física y la majestuosidad de su brillo se apaga rápido. Por su parte Alvarenga y su expulsión infantil fueron una bisagra en el partido, obligando al equipo a replegarse, a realizar variantes por necesidad y a terminar sufriendo de más un partido prácticamente controlado.

Como dijimos, los cambios y las alterativas tácticas de Bassedas a partir de la roja a Alvarenga respondieron a las urgencias y fueron por fuera del libreto. El primer cartucho se gastó en el ingreso de Romero por Pavone en el primer tiempo. Desábato por Correa para reforzar el medio y Amor por Cáceres para blindar la última entrada ante el asedio Pirata.

Estrella: Aguerre recuperando el nivel partido a partido, tapando pelotas claves, atento en las salidas y los cortes. Estrellado: aún cuando la buena suerte estuvo de su lado no pudo evitar ser víctima de dos tantos que si bien no son su responsabilidad le quitan la satisfacción de dejar el arco en cero. La diferencia de tres goles que llegamos a alcanzar fue exagerada por lo que resultó el desarrollo del encuentro. El resultado final, o al menos la diferencia de un gol, me resultó poco más acertado.

Sin dudas Bassedas revalida ese “algo especial” que tuvo como jugador y como manager. Se nota en cancha y en el semblante de los jugadores y su equipo de trabajo que este Vélez está cambiando. En el vestuario se está gestando un grupo humano sólido, equilibrado y complementario y eso es lo que se ve en la cancha. Bassedas, Manusovich, Romano y todo el equipo están forjando una identidad futbolística e institucional capaz de enfrentar lo que venga como ante Belgrano: sin importar el terreno, el rival, sabiendo manejar la ventaja y resistiendo las adversidades con hidalguía.

Este Vélez, aún joven y en transición, ya suma 12 puntos y tiene la posibilidad de llegar a los 15 y prenderse de manera seria en la lucha si derrota a Quilmes el próximo domingo en el partido postergado de la 7ª fecha. ¿Está mal ilusionarse? Por supuesto que no. Pero tampoco está mal ser realista y entender la instancia madurativa de este proyecto. La semilla se plantó en diciembre del año pasado y el primer brote se vio hace sólo 40 días allá en Junín.

Contra Gimnasia se me ocurrió llamarlo “ángel”, hoy “estrella”. Sea lo que sea, Bassedas lo tiene y lo está transmitiendo. No tengo en claro qué es ni cómo definirlo. Es una mezcla de conocimiento, trabajo, humildad y sacrificio recompensados con una dosis de fortuna. Sea lo que sea, y dejándome llevar por “ángel”, “estrella” y lo que vemos fecha a fecha en este Vélez 2016 no tengo dudas que de la palabra justa para definirlo nos espera arriba.


Emiliano Curuchaga
@Emi_Curu

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